ORAR
Orar es cada
día, encontrar el gozo de la vocación y la alegría de llegar a buen puerto.
No dejemos de orar porque perdemos el norte y se enfría la fe y agoniza la esperanza.
Quien deja la oración está en un alto riesgo de perderse y Dios acaba siendo nadie.
No dejemos de orar porque perdemos el norte y se enfría la fe y agoniza la esperanza.
Quien deja la oración está en un alto riesgo de perderse y Dios acaba siendo nadie.
† Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres