UN
VERANO PARA CRECER
Nuestra diócesis, que vive con gozo el XIV Sínodo
Diocesano, entra en momentos claves con la profundización para la creación de
un laicado cada vez más formado y más transformado en un mundo cada vez más
necesitado de Misericordia.
El Sínodo debe ser una puesta en escena de la
corresponsabilidad.
Todos somos llamados a vivir la conversión pastoral,
es decir, el que entre todos, desde el Bautismo, somos llamados a “renovar y
fortalecer la fe”.
El verano debe ser un tiempo para
descansar que es la mejor manera de invertir en un mejor servicio. También un tiempo para
dedicarse a crecer por dentro en una acogida a las ofertas de
espiritualidad de nuestra diócesis.
Desde el cursillo de verano a los retiros y
ejercicios espirituales pueden ser momentos para dedicar al Señor y poder
también escuchar la voz del Maestro que nos sugiere: “Venid a un lugar a
descansar”.
Es un tiempo precioso para dedicarse más a
la familia. Familia que reza, que convive, que comparte, que se dedica
tiempo, permanece unida.
Así lo recuerda el papa Francisco en su
preciosa exhortación postsinodal sobre la alegría de la familia. Sería
un gran momento, el verano, para leer este gran documento firmado por el papa Francisco.
Os aconsejo también en este tiempo la lectura de tantos buenos libros que
nos ayudan a crecer y a cultivar todas las virtudes y valores que necesita el
corazón humano.
Por último, verano también es ese tiempo
estival para compartir con los amigos. Momentos para hacer
peregrinaciones, para turismos culturales, para vivir las fiestas. Todo lo
humano nos interesa a los discípulos de Jesús. No podemos perdernos estas
ofertas para que sigamos apostando por humanizar la sociedad para crear una
realidad social más rica, donde podemos ir creando unas relaciones nuevas a
través de tantos encuentros
culturales. El reflexionar, orar, leer sin
prisa es una buena inversión.
Los pensadores actuales que apuestan
verdaderamente por la persona nos recuerdan que el gran reto es devolver y
recordar que tenemos alma y que no podemos vivir de consumismo y de tantas cosas
que a veces nos impiden crecer por dentro para servir por fuera.
Hagamos un verano distinto. Construyamos entre
todos una realidad nueva convencidos, con el papa Francisco, que otro mundo es
posible.
† Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres