MI
POBREZA Y PEQUEÑEZ
Estoy
seguro, Señor, que mi pobreza y mi pequeñez no son obstáculo para la alegría de
vivir con los sentimientos de tu Corazón.
Cuando
todo parece que se acaba, cuando no me veo lleno de virtudes ni de riquezas
espirituales, he descubierto, mirando a tu “Corazón manso y humilde”, la
alegría de saber que la pobreza y la pequeñez son el trampolín que me lanza,
con misericordia, a la santidad.
† Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres