LA
MADRE DE DIOS
Tu
nombre, María, es para mí la alegría más grande de mi corazón. A lo largo de mi
vida, voy descubriendo tu presencia maternal y tu ser mujer que vive en el gozo
de estar abierta al proyecto del Corazón de Cristo.
Madre de
Dios, ruega por nosotros en todos los momentos de nuestra vida, especialmente
cuando llega la noche oscura del dolor y sólo Tú, como estrella, me ayudas a
dirigir mi vida hacia el Amor de Cristo.
† Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres