viernes, 19 de febrero de 2016

MANOS ABIERTAS

MANOS ABIERTAS



Recuerdo la canción. También el lugar. En un grupo de jóvenes en un pueblo. Repetía una y otra vez: “que suerte es tener un corazón sin puertas, que suerte es tener las manos siempre abiertas”. Recuerdo que unas manos abiertas nos invitaban a no cerrar el corazón a nadie. Así es el Corazón de Cristo. Todavía perdura la impresión de tratar de buscar abrir las manos y el corazón a los que vienen a nosotros.

† Francisco Cerro Chaves

Obispo de Coria-Cáceres