viernes, 18 de diciembre de 2015

ORAR ABURRIDO

ORAR ABURRIDO



A veces la oración se hace cuesta arriba. Contamos hasta las flores que adornan el Sagrario. No sabemos qué decir. Nos parece todo tan sabido. Si leemos, se nos caen de las manos lecturas que antes nos decían tanto. Ni siquiera sabemos expresar una palabra de amor. La imaginación vuela a sus anchas. Miramos el reloj de reojo muchas veces y así y todo permanecemos a su lado; ir tirando “te quiero” nos hace descubrir que, como decía Raymon en Tres monjes rebeldes, darte gracias distraídas entusiasman el Corazón de Dios… y todo cabría porque Él me sigue amando en medio de mis distracciones.

† Francisco Cerro Chaves

Obispo de Coria-Cáceres