Desde el avión, abajo el aspecto es
impresionante
Las montañas nevadas, la inmensidad del horizonte, el mar inmenso descubierto con la belleza de quien atraviesa la vida con una confianza inmensa en tu Corazón. He cantado: “Seños Dios nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!“ Los ojos se me han llenado de tu luz y tu ternura, Señor. Mientras parece que pasa el tiempo despacio y aumenta el deseo de llegar al destino. No me encuentro nunca solo desde que te conocí
† Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres