ES EL SEÑOR
(Jn. 21)
Aquella noche no pescaron
nada. Amanece en el lago Tiberiades y en la orilla aparece una figura
misteriosa.
¿Quién sería Aquel que desde
la orilla de la vida nos contempla luchando en el mar de nuestra existencia?
Tirar las redes en docilidad
al Señor hace que la noche se convierta en la fecundidad del día. Siempre que
el Señor amanece en nuestro corazón la vida se transforma en una luz nueva que
da sentido pleno a nuestra vida.
Desde aquel día el Señor
Resucitado se hace presente en todas las orillas de los decepcionados del
corazón.
† Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres