(Orar
con Jn. 12, 20-33)
![](http://3.bp.blogspot.com/-oFhzzPu16Z8/U-JpVVhwHrI/AAAAAAAAWY8/_I2Pw6M9uxs/s1600/trigo-grano.jpg)
No sólo es un amor de verdad, sino que, además, nos lo está diciendo
continuamente, aun en todos los acontecimientos de la vida, incluso donde nos
es muy difícil descubrir el amor de Dios. Ahora, cuando se acerca el momento de
perder la vida, Él sabe que es ganarla , porque el grano de trigo
explotará en vida cuando llegue la primavera. Es la lección de la vida. Es
nuestra propia realidad. Es nuestra profunda fe cristiana. La última palabra no
la tiene la muerte, ni el dolor, ni el egoísmo, ni el terrorismo, ni el
aparente triunfo que viven en nuestra sociedad los poderosos en contra de los
débiles. Hoy, Jesús nos aclara todas nuestras dudas. Tritura nuestras profundas
heridas cuando vemos que, en la sociedad, en nuestro corazón, existen muchas
cosas que no funcionan. Es la realidad del grano de trigo. Es una imagen
que vale más que mil palabras. Hay que morir para vivir. Tan sencillo,
como decir que, a pesar de todas las nubes, el sol sigue brillando en el cielo.
Es necesario, en la Pasión, permanecer con la esperanza de que todos nuestros
cansancios, todas nuestras muertes, todos nuestros pecados los vence su Amor,
esperanza rebosante de vida. Como decía el Hermano Rafael, «toda la ciencia,
consiste en saber esperar».
+ Francisco
Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres