miércoles, 26 de marzo de 2014

Nos ha tocado la lotería



(Orar con Jn. 1, 6-8.19-2)
El Anuncio de este texto evangélico es siempre saber que, desde el amor de Dios, nuestra vida no sólo tiene solución, sino que sabemos que la vida, vivida desde Dios, es siempre solución, desde el anuncio de la Buena Noticia que se llama Jesús.
Anunciar la vida es denunciar la cultura de la muerte. Anunciar la Navidad, o sea, que Dios se viene a vivir nuestra vida para que nosotros vivamos la suya, es saber que todo anuncio de vida es hoy un proyecto progresista. ¿Existe un avance más grande que proclamar un a la vida desde su concepción hasta una muerte digna? La vida no es una amenaza. La vida es la mejor noticia. Hay que proclamar con valentía y con alegría que, al conocer a Jesús, nos ha tocado la lotería, porque la vida, desde entonces, no tiene comparación. El anunciar, con la vida, el Dios cercano, es arrasar con todas las soledades que habitan en nuestro mundo lejos de Dios y del Evangelio. Sin Él nos esperan todas las soledades que son posibles en el corazón humano. Es necesario anunciar que Jesús es Dios con nosotros y, por tanto, el remedio a las grandes soledades que amenazan siempre nuestra alma, ya que no es bueno que el hombre esté solo, tiene a Jesús que nace en la Navidad.
Gritar, hoy, con todas nuestras fuerzas el Evangelio, proclamarlo con la propia vida, es el anuncio gozoso de que Dios vive con nosotros. Es el anuncio gozoso de que Dios ha puesto su tienda entre nosotros. ¿Acaso el Cristo vivo de la Eucaristía no es el antídoto a todas nuestras tristezas y soledades? Anunciar la luz que es Jesús es decir que denunciamos una sociedad que ha perdido el norte porque no le importa el sur del hermano pobre, ni la esclavitud, ni el hambre... Anunciar que Jesús es un derecho de la Humanidad es erradicar de la tierra lo que nos hace menos humanos y nos enfrenta con nuestros propios hermanos.
Juan El Bautista, al proclamar la cercanía del Mesías, el Dios, que su delicia es vivir con los hijos de los hombres, en el fondo, está apuntando a la solución de los grandes conflictos que aquejan a la Humanidad. El día que cumplamos sólo una parte del Evangelio, tendremos un mundo nuevo y una sociedad de hermanos. El cristianismo crea y forma peregrinos que saben a dónde van, saben el sentido pleno de la vida, conocen la meta de todos sus deseos que Dios ha puesto en el corazón humano. Nuestro mundo crea vagabundos, hombres y mujeres que no saben a dónde van, que no tienen claro ni de dónde vienen, ni a dónde se encaminan sus pasos. Camina, pero no sabe cuál es el objeto de su vida. El peregrino anuncia la Buena Noticia donde dirige su camino. Porque nos has hecho para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descase en Ti, el mejor anuncio siempre será: anunciar que, como peregrinos, caminamos a Belén, a la vida que es Jesús, libres y alegres porque, anunciando la Buena Noticia, nos ha tocado la lotería.