No
sobra nadie. Necesitamos a todos.
Es
preciso evangelizar llevando la Buena Nueva de Jesús al mundo.
O
estamos unidos y armonizados, o no sonará bien la sinfonía, en estos momentos
de nuestra historia, de una pastoral que tiene como protagonista a los jóvenes
que son hoy el blanco de todas las ofertas y de todas las ideologías.