Tú, Jesús, eres mi vida
nueva,
el gozo que siempre tengo en
mi existencia,
la paz que estreno cada día
al contemplar tu corazón.
Tú eres el que me hace
sentirme vivo
sobre todo cuando lo paso
mal,
cuando se cierran todas las
puertas,
y descubro que la puerta de
tu Corazón
siempre permanece abierta.
Amén.