No
tienes rival, Señor.
Todas
las cosas
se
acaban de repente.
Sin
Ti no existe nada,
sin
Ti sólo existe
lo
que no es capaz de aportar
nada
a m vida,
ni
un gramo de felicidad.
No
tienes rival, Señor.
Sin
Ti todo se esfuma,
como
una noche
herida
siempre de la luz
de
tu Corazón.
Amén.