Estaba
fechada en la prisión,
tu
carta me conmovió las entrañas.
Me
encuentro más pobre que muchos,
sin
familia,
sin
amigos,
sin
libertad.
Se
nublaba.
Se
juntaron a la tinta algunas lágrimas que resbalaban por las mejillas.
Te
puedo asegurar que desde entonces
te
llevo tatuado
en
lo más profundo de mi corazón.