miércoles, 22 de mayo de 2013

Entre tus manos



Nunca me he sentido más feliz
que cuando, acurrucado entre tus manos,
tan inmensas, tan de niño,
me has cobijado recordando tus promesas:
“quiero recogerte entre mis plumas
como la gallina reúne y recoge a sus polluelos”.
De pronto he vivido la experiencia de tu amor
que cuida de mí más que del átomo y de la rosa.
Amén