martes, 7 de mayo de 2013

Decálogo del sacerdote orante


1. Nuestra oración es el termómetro de nuestra entrega sacerdotal.
2. Un día sin amar y sin oración es un día perdido en la vida.
3. Cuando nos acostumbramos a vivir la vida sacerdotal sin oración, acabamos quemados por la rutina.
4. Dedicar todos los días una hora a la oración personal y el resto del tiempo “a sus cosas” que deben ser “las nuestras”.
5. Sin oración se resiente nuestra generosidad.
6. Orar es amar al estilo del Corazón Abierto.
7. Sin oración no se sostiene la entrega de la vida a los pobres.
8. Cuando oramos vemos la pastoral de otra manera, vemos las dificultades como un reto de puertas abiertas.
9. Cuando la Liturgia de la Horas se hace verdaderamente alimento orante del camino, a nuestro sacerdocio le crecen alas.
10. Orar es siempre vivir la verdadera comunión entre los hermanos.