Año de edición: 1999
ISBN: 978-84-89989-02-3
Me preguntaba un joven ¿qué es orar?
¿también yo puedo orar? Dicen que es aburrido y que no conduce a nada. Incluso
algunos me comentan que es perder el tiempo.
Movido por la inquietud de este muchacho, he
pensado escribir unas pautas sobre la oración, partiendo de mi experiencia. He
tratado de hacerlo muy sencillo y vivo.
¿Qué es orar?
A orar se aprende orando. No hay recetas
mágicas. Cuentan en la vida de san Juan Bosco, que algún educador le preguntó
cómo enseñar a los chicos a nadar, y él contestó: yo les tiro al agua. Es
decir, tenemos que practicar.
Orar es hablar con Dios, entablar un diálogo
con Él, tratarlo con amistad.
A mí, personalmente, la definición que más
me gusta, es la de nuestra santa Teresa de Jesús: “Orar es tratar de amistad con quien sabemos que nos ama”. Tratar de
amistad, eso es orar. Si no tenemos
a Jesús como amigo, no podemos orar.
A orar se aprende poniendo en práctica
comenzar a hablar con Cristo, y tratar de relacionarme con Él. Al principio parece
“un rollo”. Incluso piensas que es como hablar con las paredes o con la
bicicleta. Sin embargo, ese silencio,
te va preparando para un encuentro en mayor profundidad.
Haz la experiencia y verás cómo desde la fe, esto es clave. Sabemos que
Jesús es amigo y quiere tener un encuentro de amistad con nosotros. '”A vosotros
no os llamo siervos, a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que me ha dicho
el Padre os lo he dado a conocer”.
(De la “Introducción”
del libro)