XXXII Domingo del tiempo ordinario
8-11-2020
Mt 5,1. 13
Poco a poco nos acercamos al final del año litúrgico. Todos los textos evangélicos tocan lo que se llama los novísimos, muerte, juicio y salvación o condenación.
Mateo narra la parábola de las diez vírgenes, diez doncellas. Cinco eran sensatas y cinco necias. Es un canto para estar preparados qué es lo que el Señor nos insiste. Es vivir con esperanza.
1. El Señor viene en la noche. Su llamada es para que le esperemos como dice un prefacio de Adviento, velando en oración y cantando la alabanza. La actitud de saber esperar es siempre la de un corazón que escucha, como el aceite que ilumina nuestra vida. La enseñanza de esta parábola nos lanza a estar preparados, a vivirlo todo por Cristo con Él y en Él.
2. Las cinco sensatas conocen al Esposo que viene en la noche, no para cogernos in fraganti, sino sabiendo que la fidelidad es necesaria en el amor. Tienen el aceite en el corazón que les da la fortaleza para no dormirse en la rutina. Son sensatas porque el amor les mantiene en vela y les hace vivir en la alegría de quien ha conocido el Amor.
3. ¿Cual es el fallo de las necias? Son también cinco. El fallo garrafal es no darse cuenta de que hay que vivir la santidad aquí y ahora. No se puede aplazar la entrega pensando que al final se arreglará. Porque al final ya no hay arreglo. Se han desperdiciado demasiadas gracias. Ya no hay tiempo para más. Al final de la vida el que se salva sabe y el que no, no sabe nada, decía Calderón de la Barca en el gran teatro del mundo.
+ Francisco Cerro Chaves
Arzobispo de Toledo. Primado de España