CUENTOS DOMINICALES
11-10-2020
Aquel párroco era un poco exigente. Tenía un coadjutor que se llamaba Juan.
Un dia llegó un muchacho de la calle. No sabia leer, ni escribir, ni rezar ni nada. Se había criado en los barrios mas pobres y conflictivos de Turin.
Cuando aquel párroco exigente entró en la sacristia estaba a punto de echar aquel muchacho que no sabía nada y estaba perdido. Juan le preguntó si sabía silbar. El muchacho contesto que si. Entonces le dijo el coadjutor si sabes silbar vente conmigo. Asi comenzó una obra que se llamo la congregación salesiana que fundó aquel coadjutor llamado San Juan Bosco.
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+Francisco Cerro Chaves
Arzobispo de Toledo, Primado de España
Arzobispo de Toledo, Primado de España