viernes, 26 de junio de 2020

HOMILIA DOMINGO 28-6-2020

XIII Domingo del tiempo ordinario.


28-6-2020



Mt 10,37-42 
El seguimiento de Jesús lleva consigo identificarse con El hasta las últimas consecuencias. La abnegación, el negarse a sí mismo, el que en nuestra vida abandonemos nuestros mezquinos proyectos para vivir en los proyectos de su Corazón es siempre nuestra asignatura pendiente. La santidad es siempre no salirse de la órbita de la voluntad de Dios. No es tanto hacer cosas, menos aún complicadas y difíciles que a veces nos buscamos, sino ser dócil en los caminos por donde nos conduce el Señor.

1.     El evangelio de Mateo nos sigue presentando el espíritu de las Bienaventuranzas. Se irán desarrollando y explicando para conseguir por gracia y colaboración humana un corazón ilimitadamente bueno. Es un corazón pobre, misericordioso, que se pone en el lugar del otro, que no juzga al hermano y que ve en siempre en el horizonte de su vida por ser limpio de corazón el Amor de Dios.

2.     El Amor de Dios tiene su máxima expresión en el perdón. Solo los que perdonan tienen los sentimientos que caracteriza su bondad. Es necesario vivir siempre sembrando de paz y armonía las relaciones humanas. A veces puede parecer que el Señor en sus exigencias es caprichoso y desconcertante pero no es así. Es la lógica del amor entregado y sin reservas.

3.     Las exigencias evangélicas son fruto de un trasplante de corazón. Sin ese trasplante nos costará el captar los planes de Dios sobre nuestra vida. No puede existir una vida cristiana sin las exigencias de vivir en sintonía con el Amor de Jesús. Cuando no somos capaces de renunciar a nuestro propio yo egoísta, no puede aparecer la plenitud de ese amor hasta el extremo como nos enseña Jesús.

 + Francisco Cerro Chaves 
Arzobispo de Toledo. Primado de España