XII Domingo del tiempo ordinario.
21-6-2020
Mt 10,26-33.
El evangelio eclesial de San Mateo nos habla de no tener
miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar al alma. Sentir miedo es
muy humano. Dejarse vencer por el miedo paraliza el alma. Con miedo se avanza
poco. Miedo no es prudencia, es más bien falta de confianza en quien sabemos que
nos ama.
El evangelio de este domingo es un canto a la confianza
en el Señor, a no tener miedo. De donde debe brotar esa confianza ilimitada, es
del Amor de Dios que vence todas las adversidades.
1. La transparencia con el Señor nos hace libres. No tengáis
miedo de proclamar el Evangelio por todo el mundo. Desde los tejados. No hay
nada oculto que no se llegue a saber. El Señor es muy bueno con nosotros. Actúa
siempre a nuestro favor. Vence todos los obstáculos. Abramos el Corazón
sabiendo que es propio de su amor actuar siempre a nuestro favor.
2. Los contemplativos que miran la vida con ojos de fe,
desde la pupila de Dios, saben que el Señor cuida los pájaros y embellece los
lirios del campo. Algo que puede parecer insignificante es muy importante para
Dios. Nosotros somos preciosos para el Padre. Le interesa nuestra vida y todo
lo nuestro. No sabe mirar desde lejos. Se acerca todo lo que le dejamos para
llenarnos el corazón de esperanza. No es bueno desconfiar de un Dios que, solo
abriendo nuestros ojos con un poco de fe, descubrimos su ternura sin comparación,
como ya tiene con las aves del cielo y con los lirios.
3. Este canto de alabanza a su infinita misericordia es
porque sabemos que resucitado es vencedor del pecado y de la muerte. Cuando
pasan los años y la vida demasiado deprisa, nos va quedando la convicción de
tantos apuros como nos ha sacado el Señor. En todo ello hemos vencido por quien
sabemos que nos ama...y estamos seguros de que así será siempre por su gran
bondad con nosotros.
+ Francisco
Cerro Chaves
Arzobispo de
Toledo.Primado de España