II domingo del tiempo ordinario
Mirad al Cordero
Domingo 19 de enero de 2020
Jn 1, 29-34
Volver al tiempo ordinario, es volver a descubrir que lo
extraordinario de nuestra vida está en el amor con que se vive todo. No
consiste en lo que hacemos, sino, en el cómo, y por qué lo hacemos.
El evangelio de Juan nos presenta una imagen tan querida
para el pueblo judío, la del cordero. Jesús es el cordero de Dios que quita el
pecado del mundo.
1. El Mesías es el Señor, el cordero inmolado por nosotros y por nuestra salvación
que quita el pecado del mundo. Es una novedad y es que Jesús lleva sobre si el
pecado del mundo. Se presenta como cordero manso y humilde. Llevado al
matadero. Humilde. No abre la boca ante el esquiador. Jesús manso y humilde de corazón
hace suyo y lleva sobre si el pecado del mundo.
2. Otra novedad es que Jesús es a la vez el pastor y el cordero. Pastor y
pasto que repite un himno de la fiesta del Corpus Christi. El Cordero es el que
nos alimenta con su cuerpo y con su sangre redentora. No nos ha amado en
bromas. Su Amor incondicional le ha llevado a entregar la vida por Amor. Es su
vida entregada hasta la cruz, la que nos habla de su amor extremo, como pan
partido y sangre derramada.
3. El inicio, el transcurso, y el final de la vida de Jesús, se ha presentado
siempre ante los hombres, no como una amenaza contra lo bueno que hay en el corazón
humano, sino como una lucha campal contra el Maligno y el mal, que siembran las
relaciones humanas de odio y violencia. Al mal se vence a fuerza de Bien.
Es necesario mirar al Cordero traspasado en su Corazón
por nuestros pecados y repetir a todo el mundo con nuestra vida, mirad al
Cordero de Dios que quita el pecado del mundo llevándolo sobre sí.
+ Francisco
Cerro Chaves
Arzobispo electo
de Toledo
Administrador
Apostólico de Coria-Cáceres.