A TODA LA PROVINCIA ECLESIÁSTICA DE MÉRIDABADAJOZ,
IGLESIA QUE CAMINA EN EXTREMADURA
(MÉRIDA-BADAJOZ, PLASENCIA, CORIA-CÁCERES)
La Iglesia que camina en Extremadura,
y que quiere ser fiel al Evangelio
de Cristo y vivir la comunión con toda
la Iglesia, tiene una larga experiencia,
incluso reciente, de Sínodos. La diócesis
de Mérida-Badajoz (en 1992) y la diócesis
de Plasencia (en 2002). La diócesis de
Coria-Cáceres tuvo la Asamblea Sinodal
del pueblo de Dios en 1987.
Una Iglesia que camina junto a Cristo
y que quiere renovarse tiene en los
Sínodos un instrumento siempre válido
de renovación y de puesta en escena de
la Evangelización ante los retos que van
surgiendo.
¿OS CUENTO EL SÍNODO?
Cuando convoqué el XIV Sínodo Diocesano
en la diócesis de Coria-Cáceres
tenía muy claro, y mucho más después
de consultarlo, que la milenaria diócesis
de Coria-Cáceres, tan antigua con
tanto fruto, con santidad y también con
carencias y pobrezas, necesitaba una
renovación urgente y por otra parte
confiada en La Providencia del Señor .
Un Sínodo siempre es un acto de
confianza en la Misericordia del Señor
y una confianza en que todo el pueblo
de Dios, guiado por sus pastores,
es capaz de renovarse y revitalizar
muchas estructuras que ya están desfasadas
y que hay que apostar por volver
a lo esencial y a la sencilla novedad del
Evangelio.
Nos ha resultado sorprendente a
todos la respuesta de nuestra diócesis.
Ni los más optimistas podían prever que
en los tiempos que vivimos tan complicados
y difíciles, si había alguna vez
tiempos fáciles, que no lo creo, que ha
superado doblemente en personas y
grupos la anterior convocatoria sinodal.
¿CUÁL HA SIDO LA CLAVE?
Primero. Sencillamente que en la
diócesis se lleva mucho tiempo trabajando
en las parroquias urbanas y
rurales por tener grupos de Cáritas,
Vida Ascendente, catequistas, Grupos
Litúrgicos, Acción Católica, cofradías,
que a la hora de sentirse convocados
ya estaba tejida la red para asumir las
propuestas.
Segundo. Aunque es verdad que
en la primera encuesta se refleja que
hay personas mayores (es lo que tenemos)
y también la mayoría son mujeres,
sin embargo el Sínodo está reflejando
la realidad que tenemos en nuestras
parroquias, asociaciones, movimientos,
grupos, cofradías... Es lo que estamos
viviendo en la realidad que tenemos.
Ni más ni menos. Pocas sorpresas nos
hemos llevado para bien o para menos
bien. Partimos de lo que somos y tenemos.
Se han sumado algunos grupos
nuevos, por ejemplo, los grupos de
presos en la cárcel, grupos de jóvenes
diocesanos (JD), pero todo lo demás es
lo que tenemos. El Sínodo está ofreciendo
el rezar juntos, dialogar y sobre todo
compartir las mismas preocupaciones
e ilusiones. Solo por esto ha valido la
pena.
El XIV Sínodo sigue siendo una
apuesta de aire fresco para que a impulso
del Espíritu Santo caminemos juntos
con Cristo para la evangelización, para
transformar el mundo según el Corazón
de Dios. El Sínodo alienta, vivido de verdad,
una esperanza ¿Es la solución o la
panacea? No, pero es al menos la mejor
solución en vez de no hacer nada.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres