Asombro, ternura y agradecimiento.
Es necesario recuperar la espiritualidad del asombro, de la ternura y del agradecimiento. Asombrarse cada día de estar vivo y poder contarlo.
Estrecharse contra su corazón con la ternura de un niño en brazos de su madre y vivir agradeciendo como el único que nos hace felices y nos vacuna contra toda amargura.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres