CONFIESO QUE CREO EN LA
ACOGIDA
Me encanta la escena de María de Betania (Lc 10, Jn
12). María escucha y su vida es ponerse a los pies de Jesús, empapándose de la
Palabra que sale de su boca. Es acogida a la Palabra de Dios, al Corazón de
Cristo, para que nuestra vida luego sea también Betania, es decir familia que
acoge, sobre todo a todas las personas que viven heridas por los sufrimientos
de la vida.
La acogida en Betania como lo hacen María, Marta y
Lázaro, es clave. O somos acogedores y nos abrimos o verdaderamente no
estaremos cumpliendo con las exigencias del Corazón de Cristo. Es necesario
volver una y otra vez a la alegría que se tuvo desde el principio, de tener un
corazón sin puertas que acoge siempre, que se pone en el lugar del otro y que
sembramos un ambiente de familia y de fraternidad. La acogida es una nota de
identidad muy necesaria, si queremos ser
fiel al proyecto del Corazón de Cristo. Sin acogida no hay nada después.
A los pies de Jesús le acogemos. También acogemos a
los que vienen a nosotros. De entrada no rechazamos a nadie, al contario, le
decimos, bienvenida a casa del Corazón de Cristo, al hogar de Betania, a la
casa del Amigo.
Acoger es acertar en el camino de ser cristiano
coherente, como nos recuerda el Papa Francisco.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres