Con la oración estamos con Dios
Solo la oración, el encuentro diario con Jesús,
puede convertir nuestro corazón de una soledad poblada de aullidos, en una casa
habitada por el Señor.
Quien ha conocido el amor de Cristo, su soledad
se convierte en el gozo de una presencia que nos envuelve con su Ternura.
Nunca estamos menos solos, que cuando estamos a
solas con Dios.
+Francisco
Cerro Chaves
Obispo
de Coria-Cáceres