Jesús,
ayúdame a dar la vida,
a
complicarme la vida por ti,
a
servir a los más pobres
sin
esperar nada a cambio.
Ayúdame
a querer hasta
que duela,
a
dar la vida
aún
sabiendo que son pocos los que comprenden
que
vivir el evangelio tiene mucho que ver
con
ser grano de trigo que muere,
perdiéndose
para ser fecundo siempre
en
lo cotidiano de los surcos de la vida.
Amén.