SÉ VALIENTE, LA MISIÓN TE ESPERA
DOMUND, 22 DE OCTUBRE DE
2017
El papa Francisco, en la jornada de este año, nos propone
tres preguntas: ¿Cuál es el fundamento de la misión? ¿Cuál es el corazón de la
misión? ¿Cuáles son las actitudes vitales de la misión? Quiero también con el
papa Francisco compartir mi pasión por el anuncio de Jesucristo que hacen los
misioneros y que llamamos a todos a que sean valientes y no se queden
cómodamente en su sillón diciendo que como todo está mal no podemos hacer nada.
1. ¿Cuál es el fundamento de la misión? Sin lugar a dudas
Jesús que nos invita a ir por el mundo entero y proclamar la alegría de la
salvación. Tenemos que ser valientes para anunciar a todo el mundo la alegría
de que Cristo vive y nos llama a que la gente conozca a Aquel que tiene el
Corazón abierto y nos llama a colaborar con Él en la redención del mundo. El
fundamento de la misión, el cimiento es la llamada del Señor a que tenemos que
ir con valentía hasta los últimos confines del mundo a decirles a todos que perderse
a Jesucristo es perderse lo mejor de la vida, lo que más anhela la humanidad,
la salvación que tanto necesita nuestra gente y nuestros pueblos, porque dar a
Cristo, con Él damos todo: paz, fraternidad, justicia, promoción humana,
servicio a los pobres, educación.
2. ¿Cuál es el corazón de la misión? No existe misión sin
misioneros. El corazón de la misión es siempre las personas que son capaces,
seducidos por Cristo de decirle al mundo “cómo sabe Dios, cómo es el Amor
transformador de Cristo capaz de ir hasta el último rincón de la tierra para
anunciar la Buena Noticia de la redención”. El corazón de la misión es Cristo,
anunciado con la vida de los misioneros. Sin esta Iglesia en salida, sin estos
hombres y mujeres que son lo mejorcito de la humanidad por su entrega y
generosidad no se cumple el corazón de la misión.
3. ¿Cuáles son las actitudes vitales de la misión? La misión
es vida y tiene como centro a Cristo como Verdad y Vida que sigue conquistando
corazones valientes para decirle a la humanidad desgarrada y cerrada en egoísmo
que es necesario llevar el tesoro que es Cristo y que llevamos en vasijas de
barro a una humanidad que se muere de sed, de esperanza, que se desangra en
guerras y conflictos y que no encuentra caminos de salida sin Cristo, camino de
la vida verdadera. Un año más animo a los párrocos, a los catequistas, a los
que tienen corazón misionero a echar el resto, a no cansarse de estar ahí
trabajando con los misioneros para anunciar que Jesús vive. Sed generosos con
las colectas.
Obispo de Coria-Cáceres