A LOS COFRADES
El Obispo de Coria -Cáceres
Desde siempre he manifestado
mi valoración de la Cofradías, afectiva y efectivamente por todo lo que hacéis
al servicio de la Iglesia Diocesana, a través de la religiosidad popular que expresa
los sentimientos sencillos y humildes del corazón humano.
Sois muchos los cofrades que
estáis participando en el Sínodo Diocesano y también me gustaría que fuesen
muchos más, por eso quiero compartir con vosotros.
¿Os cuento el Sínodo?
Es el ejercicio de mayor
corresponsabilidad que tiene el Obispo para, contando con todo el pueblo de
Dios y caminando juntos con Cristo, buscar cauces de renovación y de respuesta
a los retos que tenemos hoy de llevar a Jesús en un mundo cerrado a la
trascendencia y donde vosotros podéis despertar el deseo que hay en el corazón
humano del amor a Cristo y a la Virgen.
¿Qué pido como Obispo a
todos los Cofrades de la Diócesis?
Primero agradezco a todos
los que participáis en el Sínodo que os sigáis tomando muy en serio este
acontecimiento eclesial y su participación. A los que todavía no participáis,
sobre todo a los que están en puestos directivos, os estáis perdiendo un
acontecimiento eclesial único y de corresponsabilidad, que luego nunca podréis
decir que la Iglesia diocesana no cuenta con vosotros para caminar juntos con
Cristo. Os repito lo que les he dicho a otros cristianos de asociaciones y
movimientos, no estar presente en el Sínodo es condenarse a terner poca relevancia las cofradías en la Diócesis, en
las parroquias. Sin una presencia de las Cofradías en el Sínodo vuestra
realidad eclesial y presencia de
comunión va a ser pobre.
Segundo. Vosotros tenéis una
responsabilidad que no podéis mirra a otro lado. Impregnar toda la labor de la
clave sinodal en las celebraciones, en las procesiones, encuentros cofrades es
vuestra labor de servicio a los pobres. Ya sabéis lo que os he repetido muchas
veces de que el sentido de una Cofradía antigua o moderna es la devoción a
un imagen expresión de nuestra fe, que
se le da culto y se celebra como hermandad, fraternidad, comunidad y que nos lleva
al servicio de los pobres. Sin esta dimensión social de compartir con los
necesitados no sería una cofradía totalmente cristiana pues le falta una
dimensión esencial de su fe, lsa caraidad.
Tercero. Sed cofrades de
verdad, cimentados sobre la vida cristiana y experimentar una y otra vez que
vuestra labor se realiza en la Iglesia y tenéis un servicio de evangelización
que cada vez es más justo y necesario.
Por último junto al agradecimiento,
el Sínodo puede ser un momento clave para insertaros y vivir la dimensión
parroquial y el amor a la Iglesia diocesana.
† Francisco Cerro Chaves