NUESTRO
SEMINARIO
NOS
LLAMA A COLABORAR
Siempre en torno a
San José la Iglesia celebra el Día del Seminario.
El Vaticano II dijo
que el seminario es el corazón de la Iglesia. Es el
corazón donde nos jugamos la vida. Nuestro seminario nos llama a
colaborar, a que entre todos seamos capaces de sacar
adelante esta institución que es la clave para poder tener sacerdotes que, con la
celebración de la Eucaristía, el perdón de los pecados y la evangelización de
los pobres, construyamos juntos una Iglesia Viva en salida para llevar a
Jesucristo lo mejor de la vida.
¿Cómo podemos
colaborar todos?
• Primero con la
oración. Rezar por los que se preparan a
recibir el ministerio
sacerdotal para que tengamos sacerdotes que “huelan a ovejas”. Hombres de profunda
oración para que digan nuestra tierra cómo “sabe
Dios”. Os animo personalmente en las parroquias, en
los movimientos, en las asociaciones y cofradías a rezar
por las vocaciones. Nuestro seminario goza de buena salud, pero
necesitamos muchos más seminaristas para que podamos ir a las periferias, a los
lugares y parroquias donde es más necesaria que nunca la presencia de
sacerdotes santos, testigos de un amor que se hace cercanía a los que sufren. Cuidemos
en todos los lugares, sobre todo en nuestro corazón, una plegaria para pedir constantemente
por nuestros sacerdotes.
Pedir a nuestro
seminario que os envíen un tríptico que ha editado para pedir cada día por las
vocaciones, los sacerdotes, los seminaristas como apoyo y afecto. Es necesario que todos
nos sintamos arropados y apoyados por la comunidad
cristiana.
Ahora que estamos en
el XIV Sínodo Diocesano es necesario que todos ejercitemos la
corresponsabilidad, es decir, que cada uno,
desde su vocación, desde su fidelidad al Bautismo,
construyamos y transmitamos el Amor de Jesús a toda la
humanidad.
Cuento con la vida
Consagrada, con las contemplativas, con los religiosos y
religiosas con los laicos para que, apoyando a nuestros seminaristas, caminemos
juntos con Cristo.
• Por último, el
seminario avanza con las obras “justas y necesarias” para que
pronto los seminaristas puedan volver al seminario, ya que
donde actualmente se encuentran, tanto el Mayor como el
Menor, tienen muchas limitaciones por el lugar y el espacio.
Os pido a todos los
diocesanos que hagáis un esfuerzo, es verdad que
seguimos en tiempo de crisis y austeridad, para colaborar con
nuestro seminario. La conversión también pasa por el
bolsillo.
Es nuestra mejor
inversión el colaborar con el seminario, que es más necesario
que nunca para tener sacerdotes que nos den a Cristo.
Convertir a los seminaristas en palabra viva, que sean padres, hermanos y
amigos que nos conduzcan a la
verdadera Vida.
Pidamos a María que
nos ayude en nuestro seminario a seguir siendo
semillero de vocaciones.
+Francisco
Cerro Chaves
Obispo
de Coria-Cáceres