viernes, 30 de mayo de 2014
jueves, 29 de mayo de 2014
miércoles, 28 de mayo de 2014
martes, 27 de mayo de 2014
lunes, 26 de mayo de 2014
viernes, 23 de mayo de 2014
El gozo del Encuentro
(Orar con Jn. 1, 35-42)
A veces nos
parece que Jesús está muy lejos de nuestra vida. Que se marchó hace tiempo de
vacaciones. Sin embargo, no es así. Él sale a nuestro encuentro. De forma constante
nos acecha con su ternura y su misericordia. Podemos descubrirle cuando somos
capaces de mirar la vida con ojos limpios, con los ojos de la fe.
Hace unos días
me encontré con un joven que me decía que estaba buscando no sabía qué, pero
que en el fondo no era feliz. Que le ocurría como a nuestra crisis, que todo el
mundo habla de ella, pero qué pocas soluciones aportamos. De pronto, me habló de
que estaba buscando y buscando; sin embargo, todo le parecía decepcionante. En
un momento de nuestra conversación, me espetó: «¿Tú conoces a Jesús?» Porque no
es fácil conocer en profundidad a una persona. La verdad es que me encontré con
una pregunta que jamás creí que nadie pudiera hacerme. Ello supuso que me
estuviera dando vueltas en la cabeza durante bastante tiempo. Este pasaje de
los apóstoles, primeros seguidores de Jesús, me hizo comprender: «Ven y lo verás». Nunca hemos acabado de
conocer y seguir en realidad a Jesús. Como mucho, sabemos que ha sido Él quien
nos ha encontrado a nosotros. Es su Amor el que nos captura día a día. Es
inmensa la ternura de su Corazón. ¡Qué
gozada el encuentro con Él! Aunque sea verdad lo que dice Pablo, de correr
para alcanzarlo, con la conciencia de que nos ha alcanzado Él primero y nos ha
seducido: Has sido más fuerte que yo y me
pudiste.
Nunca sabemos
demasiado de las personas que amamos. Posiblemente, siempre nos falta saber lo
más importante. El encuentro con Cristo, como aquellos primeros seguidores, me
cambió la vida. Creo que hoy no podría vivir de otra manera y, sin embargo, creo
que cada vez conozco menos todo el Amor que Él me tiene. Es como si con Jesús
la vida se viviese a color. Y sin Él, todo es en blanco y negro. Siempre me
cuestiona una frase del Rey Balduino de Bélgica: «El Señor me ha dado la gracia
de que, después de conocerle, todas las cosas del mundo no añaden ni un gramo
de felicidad a mi corazón». Me siento muy identificado con él, desde que el
Señor salió a mi encuentro.
Vivo con la
conciencia de que el encuentro con la persona viva de Jesús es lo más
importante de la vida. Nada se le puede comparar. Es una auténtica bomba de
relojería. Y, sin embargo, aquel joven acertó. ¿Es tan poco lo que conocemos de
Jesús? Y tanto lo que Él me conoce, y mucho más lo que me ama. Y, siempre con
Él, he sido inmensamente feliz. Os lo aseguro.
jueves, 22 de mayo de 2014
Aquí estoy
Sin más fuerza
que mi debilidad
y con el corazón
hecho jirones,
me presento cada día ante ti
con el gozo inmenso
de decirte,
una y otra vez:
¡Aquí estoy, Señor!
miércoles, 21 de mayo de 2014
martes, 20 de mayo de 2014
lunes, 19 de mayo de 2014
viernes, 16 de mayo de 2014
Dios tiene mamá
(Orar con Lc. 2, 16-21)
Él no quiso
renunciar al gozo de acunarse en los brazos de su Madre. María ha sido la única
mujer que ha podido llamar a Dios hijo mío, porque Dios es hijo suyo. Cristo es
totalmente del Padre y totalmente de María como Madre. En María Dios ha tenido
mamá. Una madre que lo acogió aquella noche de invierno y lo llenó de todas las
ternuras que solo las madres saben proporcionar a sus hijos.
Dios ha
nacido de mujer y se ha hecho inseparable de todos y cada uno de los que
caminamos en medio de sufrimientos y esperanzas. María se abrió totalmente a
los planes de Dios y acogió con su Sí incondicional al Dios que quería
vivir nuestra misma vida para que nosotros vivamos la suya.
El misterio de la Navidad nos recuerda que todo lo humano lo podemos vivir desde Dios. Al hacerse hombre, la Segunda Persona de la Trinidad nos indica y enseña el gozo de ser humano, la alegría de poder amar con nuestro mismo corazón humano. Nada de lo humano le es ajeno a Dios. Decir que Dios tiene mamá es vivir en el gozo de que su Amor es Incondicional, es siempre una oferta permanente e incondicional ante todas nuestras soledades.
El misterio de la Navidad nos recuerda que todo lo humano lo podemos vivir desde Dios. Al hacerse hombre, la Segunda Persona de la Trinidad nos indica y enseña el gozo de ser humano, la alegría de poder amar con nuestro mismo corazón humano. Nada de lo humano le es ajeno a Dios. Decir que Dios tiene mamá es vivir en el gozo de que su Amor es Incondicional, es siempre una oferta permanente e incondicional ante todas nuestras soledades.
Todo hijo
quiere ser acogido y amado en brazos de una madre. Sólo en la medida en que
acojamos la vida como el regalo mayor, nuestra vida se convierte en una fiesta
continua. En la medida en que nuestra vida es portadora de vida, nuestro
proyecto se une al proyecto del amor de Dios, que es un proyecto de vida, donde
María como Madre de Dios acoge totalmente el regalo de la vida, el regalo de su
Amor sin condiciones.
Nadie nace por
un accidente. Estamos en el Corazón de Dios. La vida es siempre un canto a la
Misericordia. La mamá de Dios acoge y entrega esa vida por amor. Maravilloso
programa de vida cristiana en el año que empezamos: acoger toda la vida que el
Señor nos transmite, sembrar de vida los caminos de la tierra y sobre todo
ofrecer a Cristo, camino de la vida verdadera. La Madre de Dios y Madre nuestra
nos recuerda que ella es Madre de Dios para alcanzarlo todo, y Madre de los
hombres para concedérnoslo todo.
jueves, 15 de mayo de 2014
miércoles, 14 de mayo de 2014
martes, 13 de mayo de 2014
Retiro en Fátima
Día frío de enero; Fátima amanecía entre una densa niebla
y ráfagas de lluvia y viento.
Allí, en la capellina, junto a la Virgen de Fátima, se
estrenaba el nuevo año con una memoria agradecida en el corazón. ¡Son tantas
las cosas con las que el Señor nos ha bendecido…!
Uno no puede hacer más que proclamar, una y otra vez, que
el Señor hace maravillas con los que se ponen en sus manos con la profunda
humildad de los últimos.
En este lugar la Virgen de Fátima abrió la preocupación
de su Corazón Inmaculado de Madre por una humanidad herida de guerra y
tristezas.
Mientras la lluvia golpea sobre el cristal de la capilla,
me acurruco en las manos de aquella mujer que dijo que Dios “derriba del trono a los poderosos y
enaltece a los humildes”. Vivo en el gozo de la pobreza total.
lunes, 12 de mayo de 2014
viernes, 9 de mayo de 2014
jueves, 8 de mayo de 2014
La revolución de una Mujer
(Orar con Lc. 1, 26-38)
María lo
esperó con inefable amor de Madre. Ella ha sido la puerta de entrada del
Redentor en el mundo. Ha vivido desde el amor la verdadera y auténtica
revolución que ha conmovido los cimientos del mundo. No ha falsificado el amor
y se ha abierto totalmente a los planes del amor de Dios. No tuvo más proyectos
que los proyectos de su Corazón. Con su fidelidad al amor de Dios, vivió en la
alegría de una inmensa felicidad.
Cuando descubro
a tantas personas que hablan y hablan de buscar la libertad y se encuentran
atrapadas en su egoísmo y ancladas en una vuelta a lo peor de la Humanidad,
pienso en esta Mujer que, con su Sí, encarna la verdadera revolución de
una mujer nueva. Esta mujer vive, por una parte, el Alégrate, porque
cuanto más se aleja el mundo de Dios, más tristeza le acompaña. La alegría es
un bien escaso en nuestra sociedad. En los múltiples encuentros con la gente,
descubro que falta alegría como faltó vino en las Bodas de Caná.
Por otra parte,
esta mujer nueva, que es María, es intrépida, no vive con miedo: No
temas, María. ¿Cuáles son nuestros profundos miedos? ¿Dónde brotan en la
gente de hoy los profundos temores? Se asoma uno a la televisión, a la calle, y
descubrimos profundos miedos. Nuestra sociedad parece vivir en una profunda
amenaza de temor, de futuro incierto, y se aposenta en la pregunta: ¿Qué va
a ser de nosotros? Cuando miles de adultos se bautizan en Corea, dicen: El
descubrimiento de Jesús nos ha liberado del miedo. El cristiano no
transmite miedo, sino esperanza.
La Virgen vive
también y cree en el Dios de lo imposible. Atemorizados, vivimos la peor
crisis, la del corazón, que no es otra que pensar que nuestra vida no tiene
solución. Hace unos días, visitando un Centro penitenciario, me comentó un
interno: ¿Por qué hacerle perder el tiempo?; ¿no ve usted que no tengo, que no
tenemos solución?» De pronto, descubrí la revolución del Magnificat,
que, como dice María, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes. Descubrí, cuando iba para casa, qué gran gozo es creer en el Dios
de lo Imposible, el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob, de María, la
revolución de una mujer nueva. Todas las revoluciones pasan por dar lugar a
otros experimentos que acaban de morir por falta de originalidad. El mayor
cambio de la Historia lo ha introducido el Señor, nacido de mujer, que
nos ayuda a vivir de otra manera.
miércoles, 7 de mayo de 2014
Solo Tú
Aunque el cansancio
forma parte de nuestra vida
Solo Tú
haces que amanezca
en mi alma
cuando la noche
es más intensa
Amén.
martes, 6 de mayo de 2014
lunes, 5 de mayo de 2014
viernes, 2 de mayo de 2014
jueves, 1 de mayo de 2014
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