viernes, 29 de noviembre de 2013
jueves, 28 de noviembre de 2013
En los peores momentos
Todos
los momentos de tu vida,
también
los peores,
están
pesados en la balanza del amor.
Ya
sé que no estás
para
muchas reflexiones
ni
para consejos
ni
para palabras bonitas.
Ahora
que estás atravesando
los
peores momentos de tu vida,
quiero
decirte algo:
No
estoy lejos de ti.
Nunca
estuve más cera de ti.
El
que no me sientas
no
quiere decir que esté lejos.
Mi
silencio no es desinterés.
Estoy
a tu lado.
Aunque
me creas sin Corazón,
no
me olvido de ti
ni
un momento.
Ahora
que estás pasando
estos
momentos tan difíciles,
quizás
los peores de tu vida,
quiero
que te llegue en tu noche,
un
sencillo mensaje de mi amor.
miércoles, 27 de noviembre de 2013
Jesucristo, Corazón vivo
El gran descubrimiento de la vida cristiana es que Jesús está vivo. El cristianismo no es
una ideología, es una Persona Viva: Jesús, que nos ha revelado el amor del
Padre y nos ha dado el Espíritu Santo, Señor
y dador de vida. Al entrar en contacto con la persona de Jesús, poco a
poco, Él te va descubriendo los secretos de su Corazón. Te va haciendo vibrar
con su amistad. Él está vivo y te hace vivir a tope. Sin Cristo el alma muere
de tristeza.
La clave del descubrimiento de Jesús, que tiene el
Corazón abierto, es que Él nos ofrece incansablemente su amistad. Jesús es Amigo y nos ofrece su amistad.
Cuenta Jacques Loew, dominico que trabajó como sacerdote obrero en los muelles
de Marsella y que tuvo charlas en la televisión francesa, que un día se le
presentó una chica de Marsella, le miró fijamente y le dijo: Que sepa, padre, que yo hablo con Jesús de
tú a tú. Jacques Loew le contestó: Pobrecita,
decir que habla con Jesús de tú a tú, cuando con Jesús se habla de amigo a
amigo.
El Corazón de Jesús siempre ha potenciado la amistad Si
Jesucristo vive es para ofrecernos incansablemente su amistad. Él es amigo que
nunca falla, que no falta nunca a nuestras citas.
Jesucristo vive como amigo. Su vida es transmitir amistad. Su Corazón es de amigo. Quizás el
gran peligro que siempre surge en la vida cristiana es el de alejar a Dios de la
vida, de los hombres, de nuestra tierra. Algunos, al contemplar a Jesús, se
olvidan de su humanidad. Incluso cuando hablan de que hoy resucitado está vivo,
parece que evaporan su humanidad.
Presentan a Jesús, su Corazón, sin un corazón como el nuestro… al que le puedo
hablar como amigo. Jesucristo, de
Corazón vivo, nos habla de que es verdaderamente Dios y hombre y, como
hombre, tiene un Corazón que late de amor, que está vivo y que nunca está lejos
de los dramas, de los gozos y las esperanzas de los hombres.
Es amigo siempre.
martes, 26 de noviembre de 2013
Vida oculta
¿Porqué costará tanto la vida oculta,
sin brillo, sin llamar la atención?
Porque, en el fondo, es una muerte a sí
mismo. Es la verdadera ascesis que, en realidad, es una muerte al propio yo, para
que viva Cristo en nosotros. Por eso nos cuesta tanto la vida oculta, porque es
holocausto de sí mismo para dar lugar a que toda nuestra existencia sea un
vivir, no para nosotros mismos, sino para el Señor.
lunes, 25 de noviembre de 2013
Quiero caminar a tu lado
No quiero ir delante de ti,
por si te pierdo.
No quiero caminar detrás,
por si no me ves.
No deseo estar lejos,
por si te cansas.
No quiero hablarte
cuando estás agobiado.
Solo quiero caminar contigo.
Solo quiero darte mi mano.
Solo quiero que me sientas
cercano.
Sólo quiero que sepas que me
importas.
Sólo quiero que sepas que
estoy aquí,
como amigo, como hermano…
Quiero caminar a tu lado
cuando llega la noche
y es invierno,
cuando se cierran
todas las puertas y
ventanas,
cuanto todo nos sale mal y
hace frío.
Quiero caminar a tu lado,
y complicarme la vida por
ti,
porque eres verdaderamente
mi hermano.
viernes, 22 de noviembre de 2013
Te he visto caminando
Te
he visto caminando, Jesús
por
todos los lugares de la tierra con tus pies descalzos.
Tus
huellas están siempre impresas en la vida.
No
es difícil encontrarte en la vida nuestra de cada día
cuando
te acercas a mí y a todos
y
nos llenas de tu ternura.
jueves, 21 de noviembre de 2013
miércoles, 20 de noviembre de 2013
Corazón de Jesús, ternura de Dios
Dios se hizo hombre para amar con corazón humano. Quiso
acercarse a todos los que sufren y acariciarlos con sus manos, mirar con ojos
encendidos de amor a los niños y envolver con su mirada de cariño al joven
rico.
El Corazón de Jesús es la ternura humana de Dios, que
tanto ha amado a los hombres que nos ha “comprado” con su sangre. Su ternura es
nuestra salvación. Por eso tenemos que vivir los cristianos en contacto con la
ternura de Dios, encendidos en amor, pues si no “ardemos” el mundo morirá de
pena y de frío. La ternura del Corazón de Jesús invade nuestro mundo triste y
lo llena de esperanza.
Los que han descubierto el Corazón de Cristo viven con
una fe cierta, una esperanza llena de claridades y un amor fecundo. Su ternura
es un mar inagotable de misericordia, donde deben desembocar nuestras debilidades
con la convicción de que con Él “todo es posible”.
La ternura del Corazón de Jesús es el gozo de cada día,
pues su amor se ha hecho cercanía humana y nos recoge en su Corazón de carne
como una “gallina recoge a sus polluelos”. ¿No es una comparación preciosa para
hacernos comprender su ternura?
martes, 19 de noviembre de 2013
Luz
¿Sabes,
Señor?
Esta
ventana me habla de esperanza,
de
luz que contagia alegría,
del
gozo de ser transparente.
A
veces nuestro corazón se viste de otoño
y,
sin embargo, Tú nunca estás lejos.
Te
acercas a mi vida
para
llenarla siempre
de
la luz de tu Presencia.
lunes, 18 de noviembre de 2013
Cuando no puedas más
Sé
de tus cansancios de cada día,
de
tus múltiples temores,
de
tus grandes conflictos.
Sé
de tu vacío cuando te vas a acostar
y de
tus noches oscuras
cuando
parece que todo se acaba.
Piensa
en mí
cuando
no puedas más;
háblame
con tus gritos de miedo
y
tus palabras de cansancio.
Cuando
no puedas más
acude
a mi, que te quiero,
que
soy ternura en tu noche,
alegría
en tus momentos oscuros.
¿Sabes
una cosa?
Tu
nombre está escrito en mi Corazón;
te
amo como eres y siempre;
me
sé de memoria tus quejas
y
las escucho una por una.
Siempre
te llevo en todo mi ser.
Y
cuando no puedes más,
me
gusta acercarme a ti de puntillas
y
estrecharte contra mi Corazón.
viernes, 15 de noviembre de 2013
Corazón de Jesús, fuente de unidad
El grito del Señor en la última cena fue “que todos sean
uno”. Éste es su anhelo más grande, su mayor deseo: que todos sean uno en su
Corazón. La pastoral de comunión, de ecumenismo, de unidad… ha de realizarse
siempre en el amor, amor que brota de su Corazón abierto.
Cristo es la fuente de la unidad. En su Corazón somos
uno. Él no sólo da unidad a toda la Iglesia, sino también nos hace uno en el amor,
en su Amor, para vivir entregando la vida y sembrando esperanza de unidad, allí
donde hay división y los corazones están rotos.
Las heridas contra la unidad de la Iglesia, contra la
unidad del género humano, contra la unidad de cada persona que por el pecado
está dividida, se “curan” volviendo una y otra vez a beber de las fuentes del
Corazón del Salvador.
Es su Corazón, en ese “punto rojo” –como lo llama von
Balthasar- donde se realiza la unidad, la armonía, el “ser uno”, y donde toda
la Iglesia encuentra el gozo de vivir en comunión con su Señor.
El pecado divide, el Corazón de Cristo une. Las
divisiones siempre son producto de la dureza de nuestro corazón, de las faltas
de mansedumbre y de humildad. La unidad se logra cuando vivimos en la Verdad
que es Cristo. Desde la Verdad, que nos transmite la Iglesia, hemos de vivir
con el convencimiento de que nada ni nadie nos podrá separar del Amor Redentor
de Cristo, que desea siempre para nosotros el Sumo Bien.
Así, el Corazón de Cristo, que se abre de par en par, es
para nosotros fuente de unidad, porque es ahí donde los hombres aprenden que
“Dios es Amor” (1 Jn. 4,8) y que el amor tiene un nombre: el Corazón de Jesús.
jueves, 14 de noviembre de 2013
miércoles, 13 de noviembre de 2013
Me queda la esperanza (2)
se abren mil ventanas.
Cuando la noche se acerca,
comienzan a salir las
estrellas.
Cuando entramos en un túnel,
al final se divisa una luz.
Cuando nos acecha el
invierno,
no está lejos la primavera.
Cuando todo parezca mentira,
me queda tu verdad.
Tú eres mi Esperanza,
mi única esperanza,
mi gran esperanza eres Tú.
Contigo todo saldrá bien.
La última palabra no la
tiene el dolor,
ni la muerte, ni la duda,
ni el cansancio.
Contigo nos queda la
esperanza.
Por eso, estreno cada día el
gozo de vivir
con el convencimiento de que
me amas
siempre y a contracorriente.
martes, 12 de noviembre de 2013
Corazón de Jesús, nuestro refugio
Dice un salmo: “Protégeme, Dios mío, que me refugio en
ti”. El Corazón de Cristo es nuestro refugio en los momentos difíciles y
siempre. Es refugio no huida. Se cuenta en el Antiguo Testamento que cuando un
ladrón huía de la justicia, se refugiaba en el Templo y allí no podía entrar la
justicia, pues era un lugar reservado para sólo Dios. Esta comparación es muy hermosa
aplicada a nuestra vida. A nosotros nos cuesta mucho el permanecer delante de
la justicia de Dios. Verdaderamente somos pecadores… pero nos introducimos en
el templo de su Corazón donde sólo llega su Misericordia y ahí hacemos el
refugio de nuestra vida. Para sentirnos seguros en su misericordia, que debe
ser el refugio de nuestro corazón.
Vivir con este convencimiento de que el Señor es nuestro refugio
cuando lo pasamos mal, cuando la vida nos pone a prueba, cuando nos sentimos
cansados y agobiados.
El Señor es nuestro refugio siempre. En Él podemos
confiar. Con Él estamos seguros. El Señor con su Corazón es nuestra
garantía-refugio. Todos sabemos lo que es la garantía cuando compramos algo. La
garantía significa que si se “estropea” lo que hemos comprado, la garantía lo
soluciona. Pues nuestra garantía es el Corazón de Cristo, que es refugio. Con
Él nuestra vida nunca fracasa, no se “estropea”. Él es la garantía de los
pobres, de los que sufren. Con él nunca
en nuestra existencia estamos perdidos, todo se puede solucionar. A veces me
encuentro en mi vida con hombres y mujeres que parece que arrastran un cadáver
en el corazón. Son pesimistas. Les cuesta vivir. No tienen casi ninguna
esperanza. Y siempre les presento a Jesús y les digo que con Él todo tiene solución.
Es refugio en los momentos de peligro. Es gozo contra la tristeza. Con Él
nuestra vida siempre tiene salida. Sin Él ¿dónde iremos? Jesús es refugio
siempre y nos llena el alma de la certeza de su amor. ¡Si! Somos amados siempre
y su Corazón es el refugio donde podemos pasar las duras tormentas de la vida.
Acercándonos a Él, nuestra vida se transforma en fiesta.
En su Corazón se bebe el vino de la alegría. Cuando no podemos más, es refugio
que nos da la garantía de que su amor hacia nosotros es incondicional.
lunes, 11 de noviembre de 2013
Peregrinos
Peregrinos
por caminos del mundo.
Pasamos
haciendo el bien,
sembrando
esperanza en cada senda de la vida.
Somos
peregrinos al encuentro del Padre
con
el gozo de vivir a tope la vida
y
llenar nuestro mundo de palomas blancas.
Peregrinos,
caminantes…
estrechando
el corazón de los pobres,
de
los que viven sin nada.
viernes, 8 de noviembre de 2013
jueves, 7 de noviembre de 2013
Corazón de Jesús, nuestro descanso
El Señor nos dijo: Venid a mí todos los que estáis cansados y
agobiados y yo os aliviaré. Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y
encontraréis vuestro descanso (Mt. 11, 28-29).
Jesús es nuestro descanso porque en Él se encuentra amor
y paz. Lo decía san Juan de la Cruz, quien
ama ni cansa ni se cansa. Descubrimos al amar que nuestro corazón descansa en
el de quien nos ama. Ahí descansa el esposo, la esposa, el hijo, el amigo,…
Nosotros descansamos cuando descubrimos que somos amados por Jesús tal como
somos y que el Señor nos quiere con locura.
Cuando acaban las vacaciones, muchos hombres y mujeres
descubren que no han podido descansar. ¿Qué les ha fallado? El descubrimiento
de que el corazón humano descansa, no en no hacer nada, ni siquiera en no tener
preocupaciones, sino en “como un niño” tener un corazón que sea manso y humilde y sin ambiciones. Así lo
dice el salmo: mi corazón no es
ambicioso, ni mis ojos altaneros, no deseo grandezas que superan mi capacidad,
sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre (Sal.
130/131).
Nos agota y cansa el egoísmo, nos descansa el amor Tenemos
que saber descansar poniendo nuestro corazón en Jesús, que tanto nos quiere y
que siempre desea para nosotros lo mejor.
Descansar tiene un nombre: Cristo. Como también
descansamos en la verdadera amistad o en cada persona que nos quiere.
Descansar es vivir la alegría de experimentar el amor
total de Cristo hacia nosotros. Vivamos con el convencimiento de que lo que
verdaderamente nos hace descansar es aprender de Jesús, que es manso y humilde, y saber que Él nos
quiere siempre.
miércoles, 6 de noviembre de 2013
Inocencia
Tus
ojos grandes,
tu
mirada inocente…
me
encantan tus ojos limpios,
con
la sencillez
de
todos los niños de la tierra.
¿Cómo
es la mirada de Dios?
Tus
ojos son
como
la eterna mirada de Dios.
Tus
ojos son demasiado puros
para
recrearte en la maldad.
Son
ojos llenos de amor
con
toda la inocencia
y
sencillez de los niños.
martes, 5 de noviembre de 2013
Te quiero como eres
Así
te quiero,
de
carne y hueso,
te
amo como eres,
con
tus cansancios y desamor,
con
tus fallos,
con
tus defectos tan claros
que
tanto te hacen sufrir.
¡Sí!
Te quiero como eres,
bailo
de alegría por ti
porque
eres amigo verdadero.
Nadie
te quiere como yo
y
quiero que seas como te soñé,
amando
siempre,
forjando
ilusiones,
estrenando
cada día la vida.
Te
quiero como eres
y te
quiero
como
nadie te ha querido
ni
te querrá nunca.
Porque
eres para mí
lo
más importante del mundo
y te
amo siempre.
lunes, 4 de noviembre de 2013
El Corazón de Jesús, Fuente de Agua Viva
El Señor tiene sed de mi amor. Jesús es el “agua viva” y
el sediento. Tiene sed de amar “hasta el extremo” y sed de ser la fuente de
agua que brota “hasta la vida eterna”.
Cuando del Corazón traspasado de Cristo en la cruz sale sangre y agua (Jn. 19, 34), el
evangelista ve cumplido que Jesús es la fuente de agua viva donde pueden acudir
todos los sedientos de amor para alcanzar la salvación.
El hombre necesita beber del Amor y amar “dando la vida”;
para eso tiene que beber de la fuente de agua viva que es el Corazón traspasado
del Señor.
Los israelitas en el desierto buscaban fuentes de agua
para saciar su sed. Los hombres de todos los tiempos tratan de saciar su sed de
amar y lo encuentran en Cristo, que abre de par en par su Corazón para decirnos
que nos ama siempre y con locura.
El Corazón de Jesús es un Corazón sin puertas. Es fuente
de donde brota la verdadera libertad y el verdadero amor. Sin Jesús, el hombre
muere de tristeza y agoniza por falta de amor. Encontrar a Jesús es encontrar
en el “desierto de la vida” el verdadero amor que sacia plenamente nuestros
corazones.
Es curioso que san Juan, que siempre habla del agua como
vida al contemplar a Cristo muerto en la cruz y ver brotar “agua y sangre” de
su costado es como si viese un adelanto de la resurrección: en el Crucificado,
del que brota “agua”, viene galopando ya la resurrección y la vida.
Jesús es el agua viva, que sacia nuestro corazón sediento
de amor. Por Él, con Él y en Él, encontramos que el “agua viva” nunca dejará de
brotar de su Corazón abierto. En Él, el hombre encuentra el gozo de “beber” de
la fuente de la salvación. El Corazón de Jesús, fuente de agua viva, es nuestra
salvación; nuestra esperanza de que Dios nos ama siempre y sin puertas, con
Corazón abierto y redentor, para que los hombres “tengan vida y la tengan en
abundancia”.
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