jueves, 31 de octubre de 2013

Corazón de Cristo, herido de amor


Cristo tiene el Corazón herido de amor. Así lo presenta el Evangelio en las parábolas de la misericordia (cf. Lc. 5), el Señor nos habla de la alegría de Dios para encontrar lo que estaba perdido: un hijo, una oveja, una moneda.
Y yo me pregunto: si el Señor se alegra ante la vuelta del hijo pródigo, de la oveja, ¿no será porque queda “herido” cuando el hombre se aleja de su Corazón?
A Cristo, resucitado y vivo, le llega hoy la respuesta del hombre No es indiferente cuando los hombres no le aman. Así lo contempló Francisco de Asís, que llegó a intuir que “el Amor no es amado”. Y san Juan de Ávila decía a los sacerdotes “tratádmelo bien, que es hijo de buena madre”. La misma liturgia de la fiesta del Sagrado Corazón dice en uno de su himnos, que Jesucristo es “herida y manantial”.
Si despojamos hoy a Jesús de su  Corazón, al que le llega la respuesta de amor del hombre, convertimos a Cristo resucitado en un ser insensible y sin entrañas.
La misma vida espiritual es, como decía santa Teresa, trato de amistad; y esta amistad supone llamada y exige respuesta. Por eso llegamos a la conclusión de que a Jesús le afecta, de alguna manera, el que los hombres no crean y rechacen su amistad. No puede ser indiferente ante la respuesta de amistad del hombre.
Decir que Jesús está “herido” de amor es afirmar que Cristo vivo y resucitado, el “santo y feliz Jesucristo” que canta un himno pascual, no es insensible a la respuesta de amor de los hombres y mujeres, pues al tratar de amistad con ellos desea que se corresponda a su amor. Al no ser correspondido en su amor, tiene el corazón “herido”, pues el Señor desea ardientemente el bien de la persona humana y que se “salve y llegue al conocimiento de la verdad”.

martes, 29 de octubre de 2013

Corazón de María



Tu mirada serena es siempre una ventana que nos abre a la esperanza.
Tu corazón, como el de tu Hijo, siempre abierto,
nos recuerda que también nosotros
debemos abrirnos sin medida a la misericordia de Dios.
Madre, en esta vida ayúdanos a saber florecer
allí donde se nos siembre
y a dar la vida allí donde se nos necesite.

lunes, 28 de octubre de 2013

Desde mi ventana

Desde mi ventana
contemplo mi pequeño mundo
lleno, a veces,
de dolores y sufrimientos.
La gente va preocupada,
muerde el dolor de los sinsabores
y muchas veces
no acaba de encontrar la Paz.
A tu lado
me gustaría caminar
por las calles de la vida,
suscitando esperanza
cuando cae la noche
sobre nuestra tierra.
Amén.

viernes, 25 de octubre de 2013

Brazos abiertos



Me encantan tus brazos abiertos.
Tus ojos mirando con ternura a la gente.
¿Por qué los hombres creen que estás lejos?
¿Por qué dicen que no te interesa el mundo?
Tu delicia es vivir cercano a todos
y llenar el vacío insoportable del alma con tu Presencia.
Tú eres al que siempre se puede encontrar…
En el santuario, en la calle, entre los ordenadores…
Gracias por haberte conocido.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Cerca


A muchos les cuesta creer en ti cuando llega el dolor. Se encuentran solos en la playa de la vida. Piensan que Tú estás lejos, muy lejos y que es difícil encontrarte en esta tierra.
De pronto, Tú apareces intentando acercarte a cada hombre. Estás cercano e íntimo a todos los dramas de nuestra tierra. Te presentas inesperadamente, cuando ya todo parece que termina.
Estás aquí. Siempre te podemos encontrar, Aun en medio de la noche y la tormenta, apareces Tú. Vienes a nuestra vida para ser compañero inseparable de nuestros caminos.
El hombre se rebela ante ti, y tú le acaricias y le llenas el alma de ternura. Te consideran lejano, cuando Tú estás más cerca de nosotros que nosotros mismos.
Tú vienes a llenar nuestro corazón de la alegría que no termina y que es capaz de inundar todo nuestro ser.
Tú sí que eres lo mejor de la vida.

martes, 22 de octubre de 2013

Oración en la noche



Señor Jesús:
esta noche quiero expresarte,
desde lo más profundo de mi ser,
mi amor hacia ti.
Tú eres el que da sentido a la vida.
Tú el que sacia mi corazón sediento.
Tú el que sabes de mis caídas y pecados.
Tú el que me amas desde siempre.
Señor, quiero vivir desde tu Corazón,
para contemplarte en la Eucaristía
y descubrirte abandonado en los que sufren
y en los pobres.
No tengo nada,
solo Tú eres mi riqueza y mi gozo permanente.
Esta noche quiero presentarte en mi oración
los rostros de todos los hombres
para que derrames en ellos tu misericordia.
Quiero pedirte por mis padres,
por mis hermanos, por mis amigos,
por el que me traicionó.
Quiero que seas misericordioso conmigo,
que me des tu Corazón.
Amén.

lunes, 21 de octubre de 2013

Ser feliz. ¿Dónde está el secreto?



El Catecismo de la Iglesia Católica ha subrayado que la vocación de toda persona es la vocación a ser feliz. Una felicidad que es el anhelo de todo corazón humano. Una búsqueda de la felicidad que no es narcisista, porque la felicidad cuando a veces más se obsesiona uno con ella, menos se la encuentra. Pero cuando se busca amar y vivir “con los sentimientos de Cristo”, entonces la felicidad aparece como la sangre en la herida.
Es necesario volver una y otra vez al gozo de amar siempre para ser feliz.
Cuando amamos de veras, somos siempre felices. Este es el secreto. No hay otro. No se puede ser feliz al margen del Amor. Sólo nos entendemos y explicamos desde el Amor. Es el Amor el que nos lleva a vivir siempre en una felicidad que, como música de fondo, hace que nuestra vida sea vivida a tope y, sobre todo, llena del gozo de quien sabe que, cuando amamos de verdad, hemos encontrado el verdadero secreto y camino de la verdadera felicidad.
Existe un error al pensar que no se puede ser feliz si sufrimos. La realidad me dice que existen personas que no sufren nada y no son felices, mientras que existen personas que encuentran su verdadera felicidad en amar siempre, aunque tengan experiencia de dolor y sufrimiento. Recordemos a Santa Teresa que dice que: “con tan Buen Amigo todo se puede padecer”. Sólo en la medida en que nuestra vida se hace amor entregado, se hace felicidad lograda, aunque en el horizonte y en la realidad de nuestra vida siga existiendo el dolor.
Es necesario volver una y otra vez nuestra mirada al secreto de la felicidad, que se encuentra en el Amor y que en nosotros tiene un nombre: Jesús. Sólo el amor personal nos hace inmensamente felices y nos ayuda a hacer con gozo y alegría el seguimiento y la consecución del Amor de Jesús, que nos hace siempre inmensamente felices.
¿Te atreves?

viernes, 18 de octubre de 2013

Vete en paz



(Orar con Lc. 7, 50)
Me habían dicho que estaba Jesús en casa del fariseo Simón y entré a toda velocidad para encontrarme con Él. Dejé a un lado mis dudas y confié. Su amor tiene que ser más grande que mis pecados.
Entonces me puse a llorar. Al ver su bondad se conmovió mi corazón. Era realmente Bueno. Ilimitadamente Bueno. Con mis cabellos enjugaba sus pies y secaba sus lágrimas.
¿Porqué a veces desconfiamos, Señor? ¿Acaso no es más fuerte tu amor que todo lo demás? Ahora sé que siempre me puedo fiar de Ti, porque Tú nunca defraudas.

jueves, 17 de octubre de 2013

Tú estabas allí



La noche me envolvía con su oscuridad
y su envoltorio de tristeza.
No podía más,
pero tu Corazón se abrió
y amaneció en todas mis zonas oscuras
y sin vida.
Porque Tú estabas allí.
Amén.

miércoles, 16 de octubre de 2013

¿A dónde iré?



He recorrido caminos
que me prometieron llenos de rosas
para acabar con los pies sangrando
de tantas espinas encontradas.
He buscado con ansia y sed
los paraísos que me prometieron
y he visto con estos ojos
que todo era una mentira
tejida de olor a tristeza.
Me habían dicho que detrás de todos
los telones de acero
galopaba una sociedad nueva y justa
y solo he visto miseria
y tristeza acumulada de años.
Por último me dijeron
que prescindiendo de Dios
se evitaban todas las contiendas humanas,
y de pronto descubrí Auschwitz,
Archipiélago Gulag y Dachau,
heridos por un mundo sin Dios,
y tanto fue así que decidí,
como hijo pródigo, volver a casa
recordando lo que me decía mi madre:
“Hijo mío, como en la propia casa, en ningún sitio”
Y descubrí que mi Hogar eres Tú,
Jesús de Corazón abierto.
Aquí vivo feliz.
Amén.

martes, 15 de octubre de 2013

Tentaciones en el desierto



(Orar con Mt. 4, 1-11)
Fuiste llevado, Señor, por el Espíritu al desierto par ser tentado, pero no pudo el enemigo contigo. Tú eres siempre el vencedor, porque eres humilde y la humildad siempre vence.
Cuántas veces en la tentación me siento indefenso, porque yo tengo deseos de riqueza, amo la vanidad y me gusta el camino fácil. Pero Tú me vas enseñando que el camino de la verdadera vida lleva tu nombre.
Algunas veces, en cuanto me encuentro mal y parece que a tentación gana terreno, me acuerdo de Ti y sé que en Ti está la fuerza para vencer, aún sabiendo de mi debilidad y pobreza.

lunes, 14 de octubre de 2013

Todas las razones



He tenido
todas las razones
para alejarme de ti,
para dejarte
y, sin embargo,
no he podido.
Por muchos obstáculos
que haya en el camino,
son nada
en comparación
con el gozo de tu Corazón,
que comparto día a día
en todos los amaneceres
cuando llega la noche.
Amén.

viernes, 11 de octubre de 2013

Descanso



He vivido toda mi vida
pensando en todo lo que tenía que hacer,
en lo que me falta,
en correr más deprisa,
en vivir como fuera de si.
Hoy he descubierto
que puedo vivir de otra manera:
más sencillo,
más entrega gratuita,
más vivir contigo,
y, sin saberlo,
he descansado en tu Corazón.
Amén.

jueves, 10 de octubre de 2013

Qué bien se está aquí



(Orar con Jn. 17, 4)
Al subir a la montaña, creí no podía más. La oración árida y el corazón seco, no me dejaban desahogar mi corazón contigo.
De pronto, eras Tú, sí, con tu estilo familiar. Te acercaste a mi “transfigurado” y hablaste conmigo “cara a cara” como un hombre con su amigo. No me lo podía creer. ¡Se estaba tan bien contigo…! Pero me dijiste que amara la vida al salir de la oración y comprendí que tu Amor lo abarca todo.
Bajé de la montaña con el gozo del “Tabor” y me entregué en medio de la vida, en las entrañas del mundo, sembrando y confiando en tu cercanía.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Abuelos



Todavía recuerdo el impacto que produjo en mí el libro “Viven”. Trata de los treinta deportistas que cayeron en los Andes, cuando viajaban en un avión y que tuvieron que pasar tantas calamidades.
Recuerdo que uno de los protagonistas recordaba a su abuela, todavía la llamaba “Buba”. ¡Cuánto me has enseñado en la vida, abuela! Sobre todo a creer, a tener fe en Dios.
Gracias a todos los abuelos del mundo, que saben transmitir lo que nunca cambiará ni pasará de moda y seguirá siendo fuente permanente de alegría, aún en las adversidades.

martes, 8 de octubre de 2013

Auxilio



Señor,
acércate a nosotros,
que estamos necesitados.
¿No ves que sin tu auxilio perecemos?
Venimos a ti
cuando cae la noche en nuestros corazones,
porque Tú nos has convencido.
El Evangelio, a veces, es terrible,
pero el Señor siempre viene,
al final, en nuestro auxilio.
Ahora que nuestros pasos son vacilantes,
acude, Señor, en nuestra ayuda.
De lo contrario, perecemos.
Amén.

lunes, 7 de octubre de 2013

Te acercaste, Señor, a mi



(Orar con Jn. 6, 11)
Caía la tarde sobre los campos y Tú, Señor, te compadeciste de nosotros, hambrientos y caminantes en esta vida.
Tú multiplicaste los panes y los peces que salían de tus manos a miles de millones.
Cuando te acercaste a mi, que apenas lo podía creer, el corazón me latía apresurado. Yo apenas confiaba en tu amor, en tu fuerza y en tu poder, y vi que de tus manos salía el pan a borbotones.
Ahora recuerdo con nostalgia y confío que Tú eres capaz de hacer brotar “pan de las piedras” y mi confianza en Ti se llena, Señor, de estrellas como una noche de verano.

viernes, 4 de octubre de 2013

Libro



Un buen libro es siempre un buen amigo. Lo dejamos y lo tomamos cuando nos interesa Siempre nos conforta. Siempre nos ayuda. Sin exigir nada, lo tenemos a nuestra disposición.
La historia de nuestra vida está llena de libros que nos enseñaron y nos enseñan a vivir, a querer, a luchar, a apostar por la justicia y la paz.
Encontrar un buen libro, es encontrar un tesoro.
Todos deberíamos escribir un libro aunque no fuese más que para decir unas palabras: gracias por vivir.