Editorial: Edibesa
Año de edición: 2009
ISBN: 978-84-8407-848-7
“Para
Dios todo” fue la frase preferida de María Victoria (1929-1967), el telón
de fondo de su existencia: su vida fue toda para Dios, estuvo tejida, desde que
nació en Cubillas (Valladolid) hasta su muerte, por un profundo deseo de
entregarse al Señor por la redención del mundo.
Monseñor Francisco Cerro, Obispo de
Coria-Cáceres, presenta la espiritualidad de Mª Victoria como de total y
absoluta inmolación por sus hermanos los hombres, por medio de una enfermedad
grave, que la llevó a morir después de inmensos dolores físicos, psíquicos y
espirituales, y de haber quedado inmovilizada. Su oblación fue un auténtico martirio
lento, hasta el abrazo con Dios.
María Victoria se puso en manos de Dios y
vivió hasta el límite de la confianza en Dios, que es confiar en Él sin
límites. ¿Dónde estuvo su testimonio cristiano? ¿dónde su grandeza de corazón?
En aceptar y acoger sin límites los planes de Dios. Sólo en la medida en que
sabemos que detrás de lo que acontece en nuestra vida está el “Dios Amor” que sólo actúa para nuestro
bien, nuestra vida se transforma. Así fue la vida de Mª Victoria Ortega, mártir
en el dolor por amor.
(De la contraportada
del libro)